1.4.07

Por qué El Tercer Camino?





La semana pasada recibí una llamada del director de Últimas Noticias, Eleazar Díaz Rangel, quien me invito al periódico para una reunión.
Su propuesta fue directo al grano: hemos pensado, me dijo, que sería una buena idea transformar la página que vienes haciendo los domingos Justicia a su Alcance, en una página que más allá de la orientación legal y social sobre diferentes temas, puedas ahora con total libertad fijar tu posición sobre todo lo que ocurre en Venezuela.
Debo confesarles que al principio dudé un poco. Aunque parezca absurdo lo que les voy a decir, soy de los que piensa que los venezolanos están intoxicados de política y que la pagina Justicia a su Alcance era una ventana a la realidad donde podían verse muchos problemas sociales sin ponerse los distorsionantes lentes de la política venezolana actual.

La mala política da diarrea
Sin embargo, luego de pensarlo decidí hacerlo por una razón que pienso es crucial: así como cualquier persona se intoxica cuando se come un pescado que está descompuesto, también los países se intoxican de la política cuando la política es de mala calidad.
En el caso de Venezuela, eso es lo que está sucediendo. La gente está intoxicada de la política porque la conversación política, el debate político, se ha hecho tan mediocre, banal, superficial, vacío, personalizado y cortoplacista que al país, al tener que consumirlo, le salen erupciones, fiebres, diarreas y alergias que terminan por enfermarlo. Por eso, asumo mi cuota de responsabilidad y por ello decidí aceptar el reto de Eleazar y tratar de llevar a través de estas páginas una visión de la política crítica y constructiva, sin abandonar la orientación social.

Mi generación, crisis tras crisis
El nombre de la página que he escogido es El Tercer Camino. ¿A qué tercer camino me refiero? Parto de mi propia vida: tengo 37 años, y desde que nací he tenido la palabra crisis tatuada en la frente: a los 13 años el Viernes Negro, a los 19 años El Caracazo, a los 22 años el 4F y el 27N, luego a los 23 el derrumbe del bipartidismo con el triunfo de Caldera, y a los 29 años la Constituyente.
Todos estos hechos significaron rupturas, terremotos que convirtieron a Venezuela en un país agotado, en un desierto humano sin liderazgo político, intelectual, empresarial o social que pudiera armar el rompecabezas de nuevo.

¿Se puede armar el rompecabezas?
Allí aparece Chávez y el chavismo: en lugar de armar de nuevo el rompecabezas, Chávez se dedica a picar las piezas en muchos pedacitos pensado así que podría hacer un nuevo rompecabezas llamado socialismo del siglo XXI del cual nadie sabe qué foto aparece al armarse. Las preguntas que hoy se hace Venezuela son: ¿Lo podrá armar?, ¿Es armable?, ¿Existe ese rompecabezas? Aquí nace El Tercer Camino: en este espacio quiero mostrarle a Venezuela, a toda Venezuela, que no estamos condenados a dos caminos: o volver a la crisis crónica de un liderazgo pasado, pero tampoco estar condenados a un camino donde se le están fracturando los huesos a la sociedad.
Este tercer camino tiene un lugar de llegada: una sola Venezuela, no 2 o 3 o 4 Venezuelas separadas o distintas. Un país donde ese tercer camino pueda unir, mezclar, conjugar con equilibrio, los otros dos caminos: el de la libertad y el de la igualdad. De este modo, quiero cumplir en esta página el difícil reto de hacer una página de política para desintoxicarlos de la mala política. Agradezco a Eleazar esta idea. Se hace camino al andar.


Copyright ©2007 Jovenes con Julio Borges
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