27.5.08

La ley de Tarzán

La cantidad de recursos financieros y humanos que se le dedica a la justicia venezolana es ínfima comparada con lo que debiera ser, y con lo que es en países vecinos.

Mientras organizaciones internacionales recomiendan destinar 4% del PIB a la justicia, en Venezuela ese gasto escasamente llega a 2%. Según estimaciones del 2006, el número de jueces en Venezuela es 6,8 por cada 100.000 habitantes, mientras que en Colombia, El Salvador, Bolivia, Panamá, Brasil o República Dominicana -países con tasas de delincuencia menores que las nuestras- esa cifra es mayor.

En Costa Rica, Uruguay o Argentina, la cifra llega a ser más del doble. La cantidad de jueces en Venezuela es casi cuatro veces menor a la cantidad recomendada por organismos internacionales.

El déficit no se limita a los jueces. La propia Fiscalía General ha dicho que en Venezuela hay un déficit de 500 fiscales en el área de Derechos Fundamentales. El número de fiscales por 100.000 habitantes en nuestro país es de 2,11, mucho menor a la tasa de Colombia, Chile o de los países centroamericanos.

Curiosamente, la cantidad de recursos asignados al Ministerio Público es, relativamente hablando, de las más altas de la región, lo que sugiere que la plata que se gasta no se está gastando en más fiscales. A pesar de esto, el presupuesto per cápita que se le asigna a la justicia en Venezuela es de los menores de América Latina, mientras que la tasa de abogados per cápita es de las mayores.

Causa sorpresa saber que Venezuela es uno de los países que ha recibido la mayor cantidad de recursos por parte de organismos multilaterales destinados a mejorar el sistema judicial. Es lamentable que no se vean los frutos de esa inversión.

La falta de justicia constituye el mayor fracaso de los que nos gobiernan. Por culpa de su indolencia, los asesinos que no han sido condenados caminan por nuestras calles acechando a nuestras familias y quitándonos la paz, mientras las familias de las víctimas no encuentran el consuelo que merecen.

Debido al colapso del sistema judicial, éste termina al servicio de los ricos y poderosos. Esto es una demostración más de que los derechos consagrados en la Constitución sólo existen para unos pocos.

El resto, vivimos como Tarzán, la ley de la selva: violencia e impunidad.

Copyright ©2008 Julio Borges
Todos los Derechos Reservados.

11.5.08

Borges: “al salario mínimo se lo comió la inflación”



El dirigente de Primero Justicia, Julio Borges, indicó este domingo que “al salario mínimo se lo comió la inflación” y criticó las declaraciones del ministro Haiman El Troudi en las cuales afirmaba que el aumento salarial fomenta el ahorro del venezolano.

“Al salario mínimo de partida se lo está comiendo la inflación. En los alimentos la inflación ya supera el 40%, y el ministro dice que este salario va a cubrir las necesidades básicas y tiene los riñones de afirmar que fomenta a los venezolanos”, señaló Borges.

Según él, a “la familia venezolana necesita dos sueldos mínimos para cubrir la cesta básica, y eso era antes del aumento del pollo y del maíz”.

Copyright ©2008 Julio Borges
Todos los Derechos Reservados.